Citas Bíblicas de apoyo
Efesios 6,1-4 (consejos para padres e hijos)
Deuteronomio 5,16 (honra a tus padres y se te prolongara la vida)
Proverbios 29,15 (el hijo consentido es la vergüenza de su madre)
Siracides 30,13 (educa bien a tu hijo )
¿Cómo se da la comunicación?
Comunicar es hacer a otro partícipe de lo que uno tiene.
Los elementos básicos de la comunicación son: emisor, receptor, el mensaje, el canal de transmisión y el momento de la comunicación. El emisor debe expresarse clara y respetuosamente, el receptor debe escuchar de manera atenta y activa. El diálogo es para el amor, lo que la sangre es para el cuerpo, si la sangre deja de circular el cuerpo muere, si el diálogo cesa en la familia nace el resentimiento y la soledad. En la comunicación en la familia la obligación de los padres es escuchar a sus hijos con apertura y aceptación, los hijos tienen la obligación de respetar y aprender de sus padres.
“Todos podemos hablar, pero pocos nos podemos expresar”.
Los tipos de expresión pueden ser: pasiva, agresiva y asertiva. La expresión pasiva deja que la otra parte domine la comunicación, la expresión agresiva es hostil y genera discusiones mientras que la expresión asertiva es positiva, es confiada, directa y respetuosa. Promueve a que los demás se expresen.
La comunicación en la familia se dará cuando todos los miembros de la misma aprendan a dialogar, identificando el cómo, cuándo, dónde y en qué tono hablar; solo así se logrará construir una relación sólida y positiva, la cual contribuirá a que sus miembros se sientan queridos, apoyados, tomados en cuenta y con posibilidades de ser mejores personas en el futuro.
La comunicación en la familia implica tener en cuenta las circunstancias, edades y etapas del desarrollo de los hijos. Especialmente durante la adolescencia, suelen suceder cosas inimaginables.
Consejos básicos para mejorar la comunicación en la familia:
1.-Obedecer la regla: “Todo lo que se dice se cumple.”
2.-Ponernos en el lugar del otro.
3.-Dar mensajes consistentes y no contradictorios.
4.-Escuchar con atención e interés.
5.-Crear un clima de confianza que facilite el diálogo.
6.-Pedir la opinión de los demás.
7.-Expresar y compartir sentimientos.
8.-Ser claros a la hora de pedir algo.
Muchas veces para comunicarse no se necesitan palabras, sino más bien un clima de afecto y confianza; los padres deben ser acogedores con sus hijos, estar tranquilos y de buen humor a la hora de comunicarse.
En la comunicación en la familia son necesarias dos virtudes: la sinceridad y la discreción.
La sinceridad es decir siempre las cosas con claridad, así como lo que se hace, lo que se piensa y lo que se vive. Muchas veces los hijos no son lo suficientemente sinceros con los padres, porque temen cualquier reacción violenta por parte de éstos.
La discreción es tener reserva en las acciones y palabras, pues los padres tienen que callar lo que sus hijos les confían. Con la discreción nace el discernimiento para saber cuando es prudente preguntar a los hijos, o cuanto esperar para hablar puesto que hay que respetar la intimidad de los mismos.
Los padres de familia han de convertirse en los mejores amigos de sus hijos, a quienes cuenten sus problemas, sus alegrías y sus ideales. Si los padres tienen como meta iniciar un diálogo más cercano con sus hijos y destinan una hora diaria para hablar con ellos, el 75% de ese tiempo deben dedicarlo a escuchar a sus hijos y el 25% restante dedicarlo a orientar y aconsejar a los mismos. Esto implica dejar la computadora, el televisor, la radio, el periódico, etc. Por parte de los integrantes de la familia.
A los hijos no basta con darles techo, alimentación, vestido, medicina, educación y cosas materiales, sino que es necesario además darles calidad de tiempo, mediante una comunicación asertiva y transparente que fusione a sus miembros en una familia integrada.
Esposos Mejía Interiano
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