Benedicto XVI proclama el Año de la Fe, que ha comenzado coincidiendo con el 50 Aniversario del Concilio Vaticano II, y se prolongará hasta el 24 de noviembre de 2013, con el objetivo d
e
dar "un renovado impulso a la misión de la Iglesia" para que el
testimonio de los creyentes sea cada vez más creíble a través del
"compromiso público", para la renovación de la Iglesia y para
redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de la fe.
La ceremonia de inauguración del Año de la Fe, presidida por el Papa, y a
la que asisten miles de personas en la plaza de San Pedro del Vaticano,
estará "fuertemente impregnada" de signos que recuerdan el Concilio
Vaticano II, según ha indicado el presidente del Pontificio Consejo para
la Nueva Evangelización, el arzobispo Rino Fisichella. En la misa que
oficiará el Pontífice participan 400 oficiantes, entre cardenales,
arzobispos, obispos y Patriarcas de iglesias orientales en comunión con
Roma.
Así, se leerán algunos fragmentos de las cuatro
constituciones conciliares que caracterizaron el Concilio y se repetirá
la procesión del 12 de octubre de 1962, en la que participarán todos los
obispos presentes en la celebración solemne a la cual asistirán también
los 262 Padres Sinodales que intervienen estos días en los trabajos del
Sínodo de los Obispos sobre la nueva evangelización, los presidentes de
las conferencias episcopales del mundo y catorce Padres Conciliares
que, a pesar de su edad, han podido viajar a Roma.
Posteriormente, se realizará el rito de la 'entronización de la Palabra
de Dios' que recuerda un momento de los trabajos conciliares cuando, en
las sesiones solemnes en la Basílica de San Pedro, llegaba en procesión
la Sagrada Escritura, que se colocaba en el centro de la asamblea
conciliar, para recordar a todos que estaban al servicio de la Palabra
de Dios, según ha indicado Fisichella.
Además, ha precisado que
se utilizará el mismo atril y la misma Sagrada Escritura de los
trabajos del Concilio y que, al final de la Eucaristía, se hará otra
señal indicativa de que "las enseñanzas conciliares mantienen viva su
actualidad y todavía merecen ser conocidas y profundizadas".
Fisichella ha asegurado que la coincidencia "no casual" del comienzo del
Año de la Fe con los 50 años del Concilio, "brinda la oportunidad de
regresar al acontecimiento conciliar que ha marcado de forma
determinante la vida de la Iglesia en el siglo XX y de verificar la
incidencia de sus enseñanzas, en el transcurso de estas décadas y de los
próximos años, que marcarán el compromiso de la Iglesia en la nueva
evangelización".
Fe y ciencia 'tienden a la verdad'
En
la carta apostólica 'Porta Fidei' que prepara a los fieles para vivir
el Año de la Fe, el Pontífice señala que la fe "está sometida más que en
el pasado a una serie de interrogantes que provienen de un cambio de
mentalidad" que "reduce el ámbito de las certezas racionales al de los
logros científicos y tecnológicos", aunque ha precisado que la Iglesia
"nunca ha tenido miedo de mostrar cómo entre la fe y la verdadera
ciencia no puede haber conflicto alguno" porque ambas "tienden a la
verdad".
Asimismo, el Papa reconoce que la Iglesia, "abrazando
en su seno a los pecadores", es a la vez "santa y siempre necesitada de
purificación" por lo que "busca sin cesar la conversión y la renovación"
y ha recordado que la Iglesia "continúa su peregrinación en medio de
las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios".
Concretamente, subraya que la misma "profesión de fe" es "un acto
personal y, al mismo tiempo, comunitario" porque "el primer sujeto de la
fe es la Iglesia". Según explica, la fe católica significa "adherirse
plenamente con la inteligencia y la voluntad a lo que propone la
Iglesia" y no puede ser "un hecho privado".
El Concilio, una 'brújula' para el cristianismo
Además, remarca que ha querido iniciar este año coincidiendo con el
aniversario del Concilio Vaticano II porque, según explica, el Concilio
es "la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo
XX" porque es "la brújula segura" para orientar a los fieles "en el
camino del siglo que comienza".
El inicio del Año de la Fe,
también coincide con "los 20 años de la publicación del Catecismo de la
Iglesia Católica", promulgado por el beato Juan Pablo II "con la
intención de ilustrar a todos los fieles la fuerza y la belleza de la
fe". Por este motivo, al finalizar la Misa de apertura del Año de la Fe,
el Papa entregará una copia del mismo, en edición especial a dos
representantes de los catequistas.
Además, Benedicto XVI
entregará mensajes especiales a gobernantes, profesionales de la ciencia
y del pensamiento, artistas, mujeres, trabajadores, pobres, enfermos y
jóvenes, evocando así al Papa Pablo VI en la clausura del Concilio.
¿Qué hacer en el Año de la Fe?
En una nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Papa ha
propuesto la elaboración de películas, transmisiones televisivas y
radiofónicas y publicaciones sobre la fe "accesibles a un público
amplio" y encuentros con no creyentes que "buscan con sinceridad el
sentido último de la existencia" como algunas de las iniciativas que se
pueden llevar a cabo durante el Año de la Fe.
Este no es el
primero que se convoca en la historia de la Iglesia. Ya en 1968, el Papa
Pablo VI proclamó uno similar con motivo del decimonoveno centenario
del martirio de los Apóstoles Pedro y Pablo.
Se concederán indulgencias plenarias
Además, durante el Año de la Fe, Benedicto XVI concederá indulgencias
plenarias, según indica el Decreto de la Penitenciaría Apostólica
publicado recientemente. El documento firmado por el penitenciero mayor,
el cardenal Manuel Monteiro de Castro y el regente, monseñor Krzysztof
Nykiel, indica que la indulgencia podrá ser aplicable para los difuntos o
para la persona "verdaderamente arrepentida, debidamente confesada,
comulgada sacramentalmente y que rece por el Sumo Pontífice".
Además, será concedida cada vez que se participe al menos en tres
momentos durante las misiones o lecciones sobre los actos del Concilio
Vaticano II o sobre los Artículos del Catecismo de la Iglesia Católica
en cualquier iglesia o lugar idóneo. Asimismo, podrá obtenerse cada vez
que se visite en forma de peregrinaje una basílica papal, una catacumba
cristiana o una catedral y cuando, en determinados días, se participe en
una solemne celebración eucarística o liturgia de las horas en un lugar
del Año de la Fe con el rezo del Credo.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Agrega tu comentario